Originados en Japón promediando la década del noventa, los códigos QR fueron desarrolladas por las industrias automotrices para codificar cada una de las unidades producidas por las fábricas. Sin embargo, lo cierto es que se han convertido realmente en populares algunos años después cuando comenzaron a utilizarse en el ámbito publicitario y comercial.
Siguiendo cierta secuencia evolutiva que va de la mano con las tecnologías que han ido apareciendo, se ha llegado al punto en el que los carteles publicitarios pueden estar vinculados a internet con el código QR. De manera muy simple, la mayoría de los dispositivos móviles actuales cuentan con una aplicación que capta la imagen ofrecida por el código QR.
Es así que la procesa, lee y posteriormente brinda datos relacionados a la compañía en cuestión; permitiendo además acceder a un link de conexión directa con el sitio web de la empresa o la tienda virtual correspondiente.
Indudablemente, la utilización de los códigos QR en carteles publicitarios es sumamente útil para cualquier negocio que intenta amigarse con la tecnología y no morir en un mundo signado por la falta de previsión y escasa adaptación a las nuevas tendencias. El beneficio de esta metodología es absoluto, ya que por un lado permite que las personas pueden visitar el sitio web con solo escanear un código; lo que evita que las personas olviden el nombre de dominio de la página en cuestión y por otro permite promocionar la empresa a bajo coste.
La innovadora manera de acceder a internet mediante los códigos QR permite que el mismo sea colocado en diferentes medios impresos; significando una llave directa hacia la identidad e imagen de la compañía. Es así que cualquier empresa, sin importar el tamaño o alcance de la misma, puede dar muestras cabales de sus características y presencia en la web.
Por otra parte, para que los carteles publicitarios puedan estar vinculados a internet con el código QR y el acceso cumpla realmente las expectativas es necesario que se establezca con anterioridad cuál será claramente el objetivo de la página de destino. Si la página de aterrizaje que propone el código QR no condice con el volante, afiche o cartel donde el mismo está impreso, seguramente será motivo de desilusión y reprobación por parte de los usuarios.
Ambos aspectos deben ir de la mano. Si la campaña publicitaria impresa es de excelente calidad e indudablemente atrae la atención del público objetivo, es inadmisible que el sitio web no cumpla con la misma calidad y viceversa. La integración de los códigos QR con otros métodos de marketing más tradicionales permite crear una red promocional verdaderamente abarcativa.
Incluir un QR en los anuncios convierte la publicidad offline en carteles publicitarios interactivos totalmente digitales que permiten ofrecer a los usuarios distintas opciones como la compra de entradas, la reserva de una habitación en un hotel o de una mesa en un restaurante, el registro de sus datos personales para hacerse socio de un club, la suscripción a la lista de newsletters de un periódico, o la compra del producto ofertado en la tienda online de la empresa anunciadora. Parece ser que digitalizar los carteles publicitarios offline son ventajas claras, tanto a usuarios como a empresas.